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“El racismo era un letrero oculto”: Edgar Benitez

Actualizado: 24 nov 2022

La decisión de optar por desarrollarse laboralmente por una profesión u otra, es sin duda una de las más difíciles cuando un estudiante obtiene dos títulos universitarios. Edgar Benitez los obtuvo, y pese a que un título lo acredita como sociólogo y otro como economista, dedica su conocimiento al oficio de la enseñanza. Este oficio le otorga el título más que de sociólogo o economista, de profesor.


Por: Sandro Rodrigo Velasco


La incidencia del racismo en la humanidad sigue afectando el acceso a la educación superior para las personas afro. En la época de la esclavitud se creía que esta población era ignorante de nacimiento y no se le atribuía ningún derecho, menos el de la educación. No es sino a través de la carta de derechos humanos internacionales que la población afrocolombiana empieza a recibir un trato medianamente digno. Así es, medianamente digno, ya que, hasta la fecha persisten comentarios, acciones y principalmente, negaciones, para que la población afrocolombiana acceda a la educación superior.

“La educación que recibimos en la universidad es muy importante porque es allí donde realmente formamos nuestro pensamiento. Si bien la educación inicial nos otorga herramientas básicas de educación, es en la universidad donde hablamos de modelar una forma de ver el mundo. A partir de entonces, descubrí que si quería hacer algo en la vida sería eso: influir en la manera en que los estudiantes ven el mundo”.

Quien habla desde el otro lado de la línea es Edgar Orlando Benitez Salcedo, quien además de desempeñarse como docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la universidad ICESI, es también parte de la Dirección de Investigaciones como miembro del Grupo Interdisciplinario de Estudios Socioculturales y Psicológicos. Aquí, es autor individual de cinco artículos, entre ellos ‘Exigencia, prudencia y fortuna: una historia de la responsabilidad social en mac’ y su más reciente proyecto de investigación pendiente por publicar ‘(In)visibilidad estadística de la población afrocolombiana en los censos nacionales 1993, 2005 y 2018’.

(In)visibilidad estadística hace referencia a la falta de participantes en un determinado cálculo estadístico que puede ser de orden demográfico o psicográfico. Así, teniendo en cuenta su más reciente proyecto, podría decirse que la invisibilidad de la población afrocolombiana tiene que ver con una división social. “En Colombia esa división tiene mucho que ver con el color de piel y el lugar en el que naciste”, acentúa con firmeza. Ahora bien, muchos encuentran esta posición solo como la opinión de una minoría. Sin embargo, para Benitez representa un concepto que ha permanecido en la penumbra. “Aunque en Colombia no hubo distinción de baños o escuelas para personas afro, el racismo era un letrero oculto que incidía en la calidad educativa que los niños afro reciben, la cual es menor en comparación a la calidad educativa que reciben los niños que no son afro”.


Al expresar “Me gustaría modelar la manera en que los estudiantes ven el mundo”, ¿Cómo modela su enseña, o cómo le gustaría que los estudiantes vieran el mundo?

Yo trato que los alumnos vean el mundo a través de dos asuntos que enseño: el primer asunto es, las maneras reflexivas de ver el mundo, esto manifiesta formas en las que puedas abordar la realidad circundante, local, próxima y cuestionarte sobre ella. En esa medida, resolvemos interrogantes como: ¿Por qué pasan las cosas como pasan? ¿Han de pasar así siempre? ¿Qué cambios o modificaciones debería hacerse? El segundo asunto es mirar las realidades de forma numérica, esto no indica únicamente el proceso de cuantificar sino también de notar que el lenguaje de los números es un lenguaje de relaciones y conexiones. Así, cuando analizamos dos variables; por un lado, la variable educación y por otro, ingresos, lo que hacen los números es darte una representación numérica y una identificación de conexión entre ellas. En suma, este paso consiste en definir cómo se conectan las cosas del mundo a través de los números.


¿Qué oportunidades considera que pueden tener las personas que viven en regiones predominantemente afro de acceder a educación superior en un sitio que no sea el sitio en el que nacieron?


Son relativamente limitadas. Lo que pasó con el programa ‘Ser Pilo Paga’ es que, empezamos a notar en las universidades privadas ubicadas en Bogotá, Medellín o Cali, que la diversidad étnico racial explotó en medio de las aulas de clase y los pasillos. Así se demostró que las personas que viven en las regiones predominantemente afro, tienen las capacidades, pero no las oportunidades.


¿Cómo cree que como individuos o sociedad podemos fomentar el apoyo al intelecto de personas de color?


Yo he creído que hay una forma de abordar la diferencia y tiene que ver con dos cosas. La primera es reconocer que el otro siempre es un poco opaco: Esto significa que a mí no me llega toda la información del otro. ¿En qué ayuda esto? A reducir los prejuicios. La segunda es afirmar que el otro es un igual: Esto refiere que todos somos igual de opacos, conflictivos e igual de humano s. Que tiene una igual condición ciudadana y que el otro está tratando de sobrevivir a este mundo tanto como yo, desde sus problemas y necesidades.


¿Cómo piensa que ICESI ha logrado ser o crear una herramienta que permita visibilizar el racismo y generar conciencia sobre eso?


Básicamente se ha hecho con lo que caracteriza a la universidad que es educar. Siento que el espíritu de ICESI, en general, ha sido uno anclado a la meritocracia. El hecho que en la universidad hayan incursionado tantas diferencias, la ha hecho desarrollar una cultura de prestar relevancia a aquellas diferencias que enaltezcan tu capacidad intelectual y académica. Así, ICESI logra ser reconocida por demostrar que la educación deba ir para aquellos que muestren tener las habilidades, capacidades y talentos y que estas cualidades son independientes del color de tu piel.


¿Cree que en algún momento podremos erradicar el racismo por completo de la sociedad?


Yo espero que sí porque pese a no tener una certeza de saber cuándo llegue, sí tengo una esperanza fundada en la historia que muestra cómo la humanidad cancela cualquier comentario o circunstancia racista: El primero es la cancelación de la frase “negro ni el café” que entre los años 50’ era socialmente aceptado. El segundo, la erradicación de pautas que promocionan un detergente con la imagen de una mujer afrocolombiana.

Actualmente no tenemos ninguna de las dos, lo que, no indica que lo hemos logrado todo. Pero sí me permite tener una lectura optimista sobre percibir un cambio. Hoy en día la gente no puede decir, tan abiertamente ‘negro ni el teléfono’ porque reconoce que estos comentarios son inapropiados.


Para finalizar y aprovechando su optimismo ante la erradicación del racismo, si la universidad ICESI le pidiera ser la persona responsable de crear un modelo estructural para fomentar la erradicación del racismo, ¿Cuáles serían los objetivos que usted plantearía para lograrlo?


Hay un asunto que va por dos vías, dos cosas en las que yo haría énfasis en las intervenciones educativas: La primera es la visibilidad de la diversidad; muchas veces no somos conscientes de varias cosas porque no las vemos o naturalizamos ciertos roles o nos quedamos cómodamente en el estereotipo. Por eso, creo que la universidad debe implementar la exposición a la diversidad étnico racial del país a través de: distintas manifestaciones culturales, salidas de campo y encuentros interétnicos e interraciales. La segunda es la educación orientada a los trabajos donde la diversidad no sea un costo sino una ventaja; usualmente, los estudiantes evitan los trabajos en grupo cuando el profesor es quien los define, porque nos sentimos muy cómodos trabajando con personas similares a nosotros. Sin embargo, en este tipo de grupo hay eficiencia, pero no aprendizaje. Porque el aprendizaje se da cuando hay un trabajo en medio de la diferencia.

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